de vuelta al
capullo
Una de mis actividades favoritas es escuchar los armónicos de un sonido. Estos forman parte de un proceso interno y natural que está por fuera de nuestro control. Para descubrirlos debemos rendirnos. Una vez que se muestran, me gusta continuarlos y acompañarlos en su propio curso. A veces invito a mis amigos a que me acompañen. Y juntos hacemos los sonidos resonar.
Cuerpo, agua, ruda, luna, viento, ciclo de mi luna, fuego, mar, sangre, tierra.
de lago
caminar, respirar,
el silencio,
la raíz,
el agua
La diversidad es uno de los nutrientes principales, diversidad conformada por la reiteración de la mística y rituales que rodean a las plantas, específicamente a la milpa.
Lo que nutre mis ideas semilla es más que nada una práctica:
Lo que nutre mis ideas semilla es más que nada una práctica:
Lo que nutre mis ideas semilla es más que nada una práctica:
la escucha
caminar, respirar,
el silencio,
la raíz,
el agua
el
aguita
las preguntas íntimas hacia los entes no humanos como nanay y las plantas que lo rodean sobre el dolor, la basura, la soledad, el acompañar y presenciar la vida y la muerte sin poder y ni siquiera querer detenerlas
Los procesos agrícolas regidos por los ciclos lunares que arrojan a su vez, datos traducidos e interpretados sonoramente como la relación de los periodos de siembra con las estaciones del año y los cuatro elementos:
El silencio, es otro elemento más, que refiere al peligro que corre la milpa de desaparecer a causa de los monocultivos y la agroindustria, pero que, a través de las grabaciones de campo integradas y registradas dentro de los campos, se cultiva una “milpa sonora”.
Otra de las “sustancias” utilizadas para la producción, es la tecnología, la síntesis sonora y procesos análogos y digitales en diálogo constante con el ciclo ilustrado en la presente gráfica en aguafuerte y aguatinta.
tierra, fuego, aire y agua,
sonidos que acompañan la pieza.
las preguntas íntimas hacia los entes no humanos como nanay y las plantas que lo rodean sobre el dolor, la basura, la soledad, el acompañar y presenciar la vida y la muerte sin poder y ni siquiera querer detenerlas